Concluidas las I Jornadas de Plantas
Medicinales sólo podemos decir una cosa, ¡las plantas curan! Esas
yerbas que hay en el campo, desconocidas, solitarias, “malas” y
agresivas (porque algunas pinchan), son las únicas capaces de curar
en todos los sentidos. Nos sanan en las enfermedades, nos dan
energía, nos curan de la ignorancia, nos proporcionan herramientas
para combatir un sistema médico y farmaceútico abusivo e inhumano,
nos hablan -¡Eh, Tú! Llevo miles de años curando a las personas y
me olvidaste-. Al final va a ser verdad que ese desconocimiento
impuesto nos hace débiles mental y físicamente, y eso es muy bueno,
sobre todo para los malos...
Pues a lo dicho, han sido unas jornadas
estupendas como las que hace tiempo no hacíamos, de una buena
asistencia y de un mejor aprendizaje si cabe. En esta semana
intentaremos colgar en el blog una pequeña guía con todas las
plantas que se expusieron y sus utilidades, para aquellos que se
quedaron con las ganas de tener el conocimiento en papel.
Si hacemos la crítica de la actividad
diríamos que nos han faltado medios para los talleres, pero aún
así, han salido muy bien ya que hemos aprendido a obtener nuestros
pequeños esquejes de plantitas curativas y a, una vez con nuestras
plantas enraizadas, hacer una pasta de dientes y un jarabe para la
tos. Hay que comentar y agradecer a los pioneros conejillos de indias
que sin dudarlo se metieron los mejunges en la boca al instante, eso
es un avance en pro de la ciencia (Fermín eso va por tí). Los
monitores, que decir de ellos, Danié explicó como nadie su parte
agrícola-botánica, para eso es un experto, y el que escribe estas
letras que va a poner de si mismo, solo que me reí muchísimo
haciendo esa pasta de dientes.
Por otro lado estuvieron las
charlas-coloquio, en una de las cuales, Juanillo como siempre, nos
deleitó son su sabiduría chamánica por un lado y con su
conocimiento científico por otro, explicando las yerbas más comunes
en Villa del Río y contando algo sobre su historia y usos. En la
segunda charla, Mariu, con conocimiento de causa y la paciencia que
ello conlleva, nos habló sobre los tratamientos fitoterápicos que
actualmente se dan en la medicina de familia, así como también
sobre la legalidad de este tipo de tratamiento. Simplemente
maravillosos en sus ponencias, no se puede decir más.
Siguiendo con la crónica, también se
realizó una degustación de algunas infusiones de plantas, entre las
que estaban la cola de caballo y la mejorana. El objetivo de ésto
fue conocer a que saben las plantas recolectadas, a diferencia de las
pastillitas fabricadas en procesos tóxicos. Ese sabor está claro
que no puede ser comparado con algo fabricado químicamente, otro
punto a favor para las plantas.
La verdad que tuvimos una experiencia
que el año que viene volveremos a repetir sin duda y, que esperamos,
más gente pueda disfrutar y conocer. Este patrimonio botánico
legado de la historia de la evolución terrestre tiene que darse a la
luz y ser utilizado como lo que es, una cura real, barata y accesible
a todos. En tiempos de crisis estas cosillas son importantes
saberlas, a parte, que el beneficio para nuestro cuerpo es innegable.
No podemos terminar esta crónica sin
agradecer con todo lo que tenemos a esas personas que hacen que el
Colectivo La Aldea sea cada día una realidad y una forma propia de
pensar y actuar más grande todavía, al margen de todas las
administraciones carroñeras que coartan la libertad de expresión y
libre difusión. Agradecer a Mari Carmen que esta vez a donado unas
artesanías en forma de llaveros y marcapáginas de lana, preciosos y
que nos han salvado la autogestión. Y bueno, a los de siempre que
estamos ahí para las buenas y para las malas, Navarrito y Kañi que
se curraron unas buenas pegadas de carteles y tiraron “palante”
con la logística, Fermín y sus gestiones administrativas (esas que
nadie queremos), Juanje de utillero estando en todas, Marta con sus
bolsas perfumadas (también vendimos chiquilla!!), Chinchi que seguro
que andará con los dientes largos, esa gente de Montoro que
aportaron y promovieron esa cosa tan ilegal que ahora es el tráfico
de semillas de plantas autóctonas (cuidao que esto lo leen muchos
malos también...), a Javi, Mariquilla, Chorchi, Fefi, Paquillo, a
Juanito que en el último momento nos mandó al carajo porque no lo
“veía” y no habíamos movido nada a una semana de las jornadas
(aún así estuvo siempre) y a Jesús que esta vez no pudo hacer todo
lo que hubiera querido, lo sabemos pero igualmente te tenemos que
chinchar, si no se perdería la esencia de este colectivo de los
mejores. Me dejo a algunos que por circunstancias no pudieron estar
pero que en otras se vuelcan, ya tendréis vuestro homenaje.
Y fin. Unas jornadas más, un nuevo
conocimiento aprendido y otra lucha ganada. Ahora vamos con la
siguiente, ¿quién se apunta a una carrera de orientación nocturna
con talleres de astronomía, botánica, escalada, tiro con arco y lo
más importante, ACAMPADA?
Salud y buenas yerbas.